Lee con atención entre las ruinas de Amun: 

«Roy malvive entre los escombros de la otrora grandiosa Amûn. Huérfano y
desamparado, tan solo cuenta con la compañía de Yared, su fiel unicornio de
peluche. Juntos, deberán usar su astucia para luchar contra la miseria; pero
por las ruinas de la ciudad se ocultan enemigos más temibles que el hambre».

Sinopsis ruinas de Amûn

Esta es la sinopsis de «Entre las ruinas de Amûn», la propuesta literaria en forma de novela
corta que ha lanzado el autor barcelonés Manuel Guardia. Un drama oscuro ambientado
en una ciudad ficticia, capital de un país azotado por una cruenta posguerra,
donde una fanática élite teocrática gobierna la nación con puño de hierro.

Sosteniéndolo en la mano puede parecer una lectura ligera para pasar la tarde. Aunque en
parte así es, hallamos en sus páginas una profunda denuncia social, donde
apenas deja títere con cabeza. Encontraremos críticas hacia el clasismo, la
prostitución infantil, las drogas, la contaminación y el integrismo religioso.
Todo ello mezclado con toques steampunk y briznas grimdark, como
influencias modernas. En cuanto a clásicos, destila una atmósfera dickensiana,
según opinión del profesor del Aula de Escritores de Barcelona José Ignacio
Garcia Martín, quien ejerció como lector cero de la obra.

Aspecto técnico

En el aspecto técnico destacamos la elaborada portada de Somnis Design, que plasma a
la perfección el tono sombrío de la novela, y la atractiva maquetación de la
también escritora de fantasía épica e ilustradora Rocio Cervera. La corrección
profesional, bajo el sello independiente de Autores Conectados, corrió a cargo
de Marta Monroy.

Una lectura amena, rápida y económica, que además servirá para ayudar a los más necesitados,
ya que el autor donará la mitad de las regalías obtenidas a la ONG Aldeas
Infantiles SOS.

Con todo, si estos argumentos no os han parecido suficientes, aquí dejamos un par de
fragmentos de muestra:

 Amûn

libros ruinas de amûn

No se asustó cuando lo vio salir de casa con el jubón de cuero y el sable del abuelo colgado en el cinto. Porque papá sabría cómo ganar a los malos y volver a casa. Era tan listo que lo conseguiría antes de la hora de cenar. No le dio importancia al sentido abrazo con el que se despidió, ni a las lágrimas de su madre. «Volverá». «Bueno, pues hoy no ha venido, tal vez mañana». «O para pasado, la semana siguiente,el
mes que viene». «A la primavera sí, no se la puede perder, ¡hay que ir a ver
los cerezos!». En verano picaron a la aldaba de la puerta. Su madre, en lugar
de saltar de alegría, rompió a llorar. Con el rostro desvaído y descompuesto,
dejó entrar a tres paladines enmascarados: «Esto ya no os pertenece»; tirones y
empellones, llantos desconsolados de su madre; «que lo manda Su Eminencia», un
disparo de ZKV al aire. «O salís por vuestro pie, o embolsados, usted verá,
señora». Roy no comprendía por qué esa gente les arrebató su hogar. Sí entendió
entonces que su padre ya no volvería jamás. Que la Cofradía de Paladines eran
los malos, y Su Eminencia el peor de todos.

Aún

le queda media milla para llegar hasta el linde del río, pero ya debe subirse
el cuello de la zamarra para cubrirse nariz y boca. El hedor provocaría vómitos
hasta a los muertos. Está acostumbrado, pero se encoge del asco y arruga los
labios cuando sus pies hacen contacto con la húmeda tierra lodosa. El río
corre, negro y pestilente, atravesando la ciudad; una herida necrosada en mitad
de un cuerpo putrefacto. En la vega, los pocos cadáveres de árboles que quedan
se resisten a caer, de la misma manera que las finas ramas de los arbustos que
brotan desde la tierra, manos esqueléticas y quebradizas del color de la
ceniza.

Los primeros recuerdos de Roy son en aquel lugar. Cuando el río fluía
azul, los árboles verdes desechaban sus hojas amarillentas en otoño, se pelaban
en invierno y volvían a maquillarse en primavera. Los arbustos florales
perfumaban el que era el merendero favorito de los ciudadanos de Amûn, hasta
que la guerra calcinó las plantas y acabó con la vida. Luego, las carboneras y
las factorías quisieron aprovechar la corriente de agua para crear vapor y
energía, y a cambio le devolvían los residuos de la producción. El río se
infectó, la tierra se corrompió más incluso que el corazón de los capataces de 
las fábricas. Y aquel veneno se extendió por el torrente de Amûn, pudriendo todo aquello que regaba. Por eso Roy se escondía ahí en momentos críticos. Nadie baja al río a no ser que le persigan o desee morir.

 

Podéis comprar el libro aquí o puede leer una historia más en este blog.

 

©Copyright by Senderosdelavida

3 comentarios

  1. Parece interesante y pienso que hay que animar a la gente a leer más y así abrir paso a nuevos escritores, dónde se puede comprar?

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